¿Qué es lo que nos hace atractivos?
¿Qué conexión tiene la belleza y la sexualidad?
Para todas las especies, incluyendo los humanos, la necesidad de reproducirse para asegurar el futuro de la especie es un impulso fundamental. Este deseo de multiplicarse está obviamente conectado con nuestra sexualidad.
Uno pudiera cuestionar la conexión entre este impulso innato, primitivo y nuestra apariencia; esto realmente existe. Múltiples estudios de investigación indican una conexión fuerte entre la atracción sexual y la belleza. Una gran conexión de nuestra atracción hacia personas atractivas es en la mayoría de las veces hereditario, y está profundamente en nuestro subconsciente. La preferencia de atracción desde que somos bebés se ha demostrado cuando los infantes algunos meses después de nacidos, sin ser afectados por las redes sociales o nuestra cultura prefieren ver las fotografías que nosotros los adultos consideramos como gente atractiva.
Las apariencias también son importantes en el reino animal, y uno podría incluso afirmar que durante la evolución, el atractivo se ha convertido en una marca distintiva de calidad biológica. Algunas desviaciones de la apariencia promedio pueden indicar una mejor oportunidad de producir una descendencia saludable. Varios pájaros machos, con su inusualmente bella y colorida capa de plumas, muestran que son resistentes a los parásitos que les destruyen el plumaje. La gallina, por ejemplo, prefiere al macho que tiene las plumas de la cola más llamativas, otros animales tienen ciertas preferencias del sexo opuesto. A la mosca no le interesa tanto el color, si no la forma. La mosca hembra prefiere el macho con las alas más simétricas; se ha demostrado que el macho con las alas más simétricas son los mejores para defenderse y atrapar presas, por lo que tienen mejores cualidades biológicas. ¿Y nosotros los seres humanos?. Bueno como en el reino animal existe una conexión entre buena salud, fertilidad, y lo que comúnmente consideramos belleza. Para la mayoría de nosotros es obvio que ciertas formas corporales son más atractivas que otras. Lo que no es tan obvio es porque hacemos juicios comunes. En las mujeres, la relación entre la cadera y la cintura, es decir la forma femenina en reloj de arena, es un ejemplo de una proporción que está fuertemente relacionada con la forma en que percibimos el grado de belleza y atracción sexual. La proporción ideal para las mujeres es que la cintura es menos del 70% de la medida de la cadera, mientras que en los hombres es del 90%. Antes de la pubertad, después o durante el embarazo, ciertas enfermedades o después de la menopausia, la medición de la cintura es mayor, y la mujer es menor o no del todo fértil. Si nosotros aceptamos que la atracción a lo que es atractivo está conectado con nuestra sexualidad, y nuestro impulso de reproducirnos es más fácil comprender por qué preferimos las proporciones corporales descritas. Las posibilidades de obtener descendencia son mayores.
Las características que se consideran atractivas en los hombres no están sustentadas a diferencia de las mujeres. Sin embargo, los estudios muestran que los pómulos prominentes, una barbilla prominente, y lo ojos grandes pertenecen a los atributos de belleza masculina. Las mujeres prefieren un rostro maduro antes que un rostro infantil y dulce. En las mujeres una forma de rostro más simétrica con una corta distancia entre la barbilla y la nariz, un rostro más delgado y delicado, pómulos altos, ojos grandes, labios carnosos y un tez uniforme sin cabellos, irritación, cicatriz, o acné es lo que consideramos atractivo. Estas características también coinciden en muchos casos con un rostro de una mujer joven. ¿Porqué es así? Una probable explicación es que las características faciales descritas recaen en ciertas conexiones médicas con un balance hormonal normal. Estas señales para nosotros nos indican a un nivel subconsciente, una mayor probabilidad de tener hijos sanos. Se ha demostrado que los hombres prefieren belleza que juventud. El conocimiento subconsciente de que la belleza es, y por lo tanto, aumenta las posibilidades de tener hijos sanos, está en plena consonancia con las enseñanzas de Darwin sobre la evolución con respecto a la selección y adaptación natural. Obviamente, las diferentes características corporales y faciales descritas anteriormente como belleza no son signos directos o evidencia de salud y fertilidad en ningún caso.
La apariencia es la única característica que tiene que ver con nuestra sexualidad. El impulso sexual es considerablemente más complejo y el deseo de obtener una descendencia con una pareja involucra juicios conscientes e inconscientes que involucran valores internos, capacidad intelectual, y habilidades físicas.